Esta inclinación de los
monarcas aragoneses hacia los judíos hizo que a lo largo del siglo XIII los
judíos desempeñen un importante papel en el campo de las actividades públicas,
desde intérpretes de árabe en las campañas de Jaime I, a ocupar altos cargos en
las finanzas y en la administración hasta recaudadores de impuestos y bailes
locales. Recordamos los nombres de Vives Abenvives, baile de Alcira en 1278,
Mosse Almateri, de Játiva (1280), Jaffuda de la Cavallería, en Sagunto (1273) o
el famoso Salomó Vidal, en Villareal (1276 - 1282).
Destacan las personalidades
hebreas de Rabí Salomón y Rabí Bafiel, alfaquíes o secretarios del rey; David
Almadayan, secretario del infante Don Fernando; Yucef de Tortosa, Rabí Bayel,
maestros o alfaquíes. El alfaquí Abraham Aben Vives fue partriarca de la
familia que siglos más tarde tendría como vástago a Luis Vives, el gran
polígrafo y humanista valenciano.
Durante estos siglos los
judíos valencianos contribuyeron con servicios extraordinarios en las empresas
militares de la dinastía catalano-aragonesa siendo recompensados por ello con
franquicias y ejecutorias.
ELS
CALLS
Por una ordenación del rey
Jaime I, del año 1243 se imponía la concentración de los judíos en barrios
separados, calls judaics , que eran espacios físicos
delimitados, de callejas estrechas y que en los Países Catalanes de la Edad
Media se llamaron Calls, del hebraico kahal
- comunidad.
Desde el siglo XIII hay dos
comunidades o grupos de comunidades judaicas: la colecta de Cataluña con els
calls de Barcelona, Tortosa, Lérida, Gerona, Vich, etc; y la de
Rosellón con la capital en Perpiñán y a la cual pertenecían els
calls de Puigcerdà, Elna, Colliure.
En 1283 Pedro III pohibía a
los judíos ejercer como bailes, colectores de deudas, pertenecer a la curia o
ejercer oficios públicos con jurisdicción sobre cristianos. También se les
prohibían matar en las carnicerías públicas de la ciudad y de las villas del
reino.
Desde elsiglo XIII a los
judíos catalanes se les imponía vestirse de la capa judaica.
Haggadah de Sarajevo, manuscrito hebraico de miniaturas, fechado 1350 y compuesto
en Cataluña, contiene ilustraciones representando judíos que salen de la
sinagoga llevando la capa judaica. Este traje constaba de dos piezas: un
abrigo largo hasta los talones y la segunda pieza, una capa de capucho que
cubría la cabeza enteramente. El traje solía ser azul o castaño.